Yo no creo en las coincidencias. Y esta no es la excepción a la regla. No por el hecho de que haya sucedido algo que no estaba en mis expectativas para un día cualquiera. Sino porque uno no puede sorprenderse de que pase algo que uno mismo estimula, pretende o quiere. A veces uno necesita esa palmada, no importa de quién sea, ni si esa persona te la da de una manera lúcida.
El tiempo me llevó hacia atrás, me dió todo lo peor, para que después de una escalera hacia abajo nos encontremos de nuevo, y me regale lo mejor, eso que no se espera. Pocos son los afortunados que esperan concientes, pudiendose enlistar, que abajo de esos escalones esté el pasado, lo anterior, exactamente como uno lo dejó. Las horas me guiñaron el ojo otra vez, y, esta vez, les devolví el guiño en lugar darme vuelta cuando ya se habían pasado. ¿Cuánto cuesta?. No te informan a la pasada que lo que te prestan tiene su costo. Te meten en la cabeza que no tenés nada para pagar, por lo tanto no tenés nada para perder, nada que les pueda llegar a servir. ¡Y así te tiras de cabeza! Aunque despacio, midiendo cada parte del momento, antes de que una sobredosis te vuele la cabeza a otra parte, a la realidad. Entonces no entendés como no les entra en el cerebro que los arrastres con vos. Pero después, o ahora, aprendes que esos que arrastras con vos, que se dejan llevar, no son ellos mismos. Tus minutos se adueñan de todo lo que pasa alrededor. Envuelven lo que vos querés en una cápsula, y no dejan entrar personas ni nada ajeno al caso y a lo que te pasa. Te encantaría que esos que están adentro con vos pudieran entenderte, pero esas horas, esos minutos, eran los tuyos. Estaban ahí para vos, y no los dejaste escapar. Ahora ya no les podes pedir más nada. Lo que en realidad esperas no lo tienen ellos, sino los minutos de esos que por un momento vivieron adentro tuyo. Por eso tenés que tener los ojos abiertos de par en par, y estar siempre al lado del teléfono. No sabes cuando pueden llamar. Y yo siempre voy a esperar la llamada. Hasta que pasen tantos eternos segundos que los minutos que me podían llegar a envolver se esfumen en otro reloj.
27 ago 2009
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1 comentario:
Le subi una entrada al blog, look it. Y gracias por explicarme tu ataque de inspiracion ! Besos :)
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