27 ago 2009

Justo el dia

Yo no creo en las coincidencias. Y esta no es la excepción a la regla. No por el hecho de que haya sucedido algo que no estaba en mis expectativas para un día cualquiera. Sino porque uno no puede sorprenderse de que pase algo que uno mismo estimula, pretende o quiere. A veces uno necesita esa palmada, no importa de quién sea, ni si esa persona te la da de una manera lúcida.


El tiempo me llevó hacia atrás, me dió todo lo peor, para que después de una escalera hacia abajo nos encontremos de nuevo, y me regale lo mejor, eso que no se espera. Pocos son los afortunados que esperan concientes, pudiendose enlistar, que abajo de esos escalones esté el pasado, lo anterior, exactamente como uno lo dejó. Las horas me guiñaron el ojo otra vez, y, esta vez, les devolví el guiño en lugar darme vuelta cuando ya se habían pasado. ¿Cuánto cuesta?. No te informan a la pasada que lo que te prestan tiene su costo. Te meten en la cabeza que no tenés nada para pagar, por lo tanto no tenés nada para perder, nada que les pueda llegar a servir. ¡Y así te tiras de cabeza! Aunque despacio, midiendo cada parte del momento, antes de que una sobredosis te vuele la cabeza a otra parte, a la realidad. Entonces no entendés como no les entra en el cerebro que los arrastres con vos. Pero después, o ahora, aprendes que esos que arrastras con vos, que se dejan llevar, no son ellos mismos. Tus minutos se adueñan de todo lo que pasa alrededor. Envuelven lo que vos querés en una cápsula, y no dejan entrar personas ni nada ajeno al caso y a lo que te pasa. Te encantaría que esos que están adentro con vos pudieran entenderte, pero esas horas, esos minutos, eran los tuyos. Estaban ahí para vos, y no los dejaste escapar. Ahora ya no les podes pedir más nada. Lo que en realidad esperas no lo tienen ellos, sino los minutos de esos que por un momento vivieron adentro tuyo. Por eso tenés que tener los ojos abiertos de par en par, y estar siempre al lado del teléfono. No sabes cuando pueden llamar. Y yo siempre voy a esperar la llamada. Hasta que pasen tantos eternos segundos que los minutos que me podían llegar a envolver se esfumen en otro reloj.

13 ago 2009

DUST THROUGH THE AIR

Hoy es un día como cualquier otro, y como es un día como cualquier otro, no tengo cosas de demasiada importancia que hacer (léase como nadie se esta muriendo y necesita mi ayuda. Es que no se puede contar mucho conmigo). Pero hoy tomé mis responsabilidades y vine a lo de mi hermana a quedarme porque venia el plomero. No es la gran cosa, pero ya tienen un argumento menos para cuando me dicen 'no haces nada'. De hecho ya vino y se fué. Y de ahí no se me ocurrió nada mejor que escribir algo. Así que aquí estoy, escuchando Arctic Monkeys, lo que me hace acordar que el 24 sale su nuevo cd y me aterra que no me guste. Por cierto, el 19 (miércoles que viene para los despistados y para los demás también) es mi cumpleaños, y seria un perfecto regalo.
Volviendo a lo de las 'responsabilidades', todo empezó cuando estaba disfrutando de este mismo estado, nada mas que en la tranquilidad de mi casa vacía. Cuando..

AGUS: Podes ir a mi casa que va a ir el albañil?
joaco: para qué?
AGUS: porque el albañil rompió un caño que había en la pared.
joaco: menos diez quintines para quintin

Si, el albañil se llama Quintin. Alguien se acuerda de PNP, el programa de Portal? Que había uno que se llamaba Quintin, y le daba puntaje a las cosas con Quintines? Casi muero de la risa cuando me enteré que el albañil de mi hermana se llama así).

Ayer por fin pude hacer el pasaporte, pero esa será otra historia de un día de responsabilidades truchas.

7 ago 2009

No necesitaba una razón más para que me cueste dormirme. Son esas cosas que van más allá de pasar de levantarte a las 13 a las 9, trabajar en cosas que te cansan cuando no tenes las necesidad, nada más hacer algo para pasar el tiempo. No vas a pegar un ojo.

Por cierto, nunca fui de dormir mucho.